Quizás las cosas no se arreglan solo con una sonrisa.
Aunque parezca que sí, que sonreír es ser feliz.
Pero siempre nos falta un brillo,
una nota absurda que da sentido a todos los movimientos del universo,
que coordina los pasos sin rumbo.
Y me descubro extrañando tus suspiros en mi nuca,
esa sensación única.
Cuando todo sobra y a la vez todo toma sentido.
Gracias a tu latido.
Extrañado, odiado y sentido,
tan pausado y abatido
que resultaba bello su silbido.
Y duele el retumbar de la memoria,
o la extrañeza que te añora.
Imagen de Paula Bonet.