Los susurros estruendosos, asonantes
Los sueños estancados, quebrados, vanos
Los abrazos vacíos y fugaces,
miradas que no ven
atardeceres que se pierden en las azoteas,
prostitutas risueñas.
Semáforo y claxon.
Cada noche una poesía
siempre con la misma melodía.
Repitiendo las mismas estrofas.
Balcones vacíos
o vecinos dormidos.
Desconocidos al fin y al cabo.
El mar tan lejos a tan pocos pasos...
La vida sigue fluyendo ahí abajo
mientras aquí arriba
versos se riman.