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martes, 4 de octubre de 2011

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Si no estuvieras aquí no hubiera conocido el amor.

Llorar de alegría, llorar porque sí, llorar al sonreír, llorar por estar repleta de felicidad.

¿Y es que, contigo quién no lo haría!

Y la soledad se vuelve polvo al viento, brisa fresca, y recuerdos del jamás.
El siguiente y el siguiente y el siguiente de mis pasos deja tu nombre junto a mis huellas, escrito en relieve. Y cada acorde que se te escapa entre los labios lleva cada uno de los tequieros que de vez en cuando estallan en mi interior como bolas de fuego y me hacen chillar, saltar, cantar, brillar, amar, reír, carcajear, bailar.... y que uno beba, que uno fume, que se arriesgue... ¿pues qué es la muerte? La muerte es estar encerrada lejos de ti, es no poder estirar los brazos tanto como para abrazarte, es besar al viento mientras se alejan tus labios.

Algún día, en algún sueño, alguien dejará escrita en la arena la palabra que explique todo lo que te quiero.

viernes, 9 de septiembre de 2011



¿Aquello iba de versos?
¿De aquellos versos de Abril que inundaban el alma de dulces rocíos?
¿De aquella pluma desgastada y los dedos llenos de tinta?
¿O acaso iba de besos?

No me lo dejaste claro,
o quizá fui yo la que soñó con palomas volando sobre los acantilados desiertos.
La que volaba con la arena entre los dedos de los pies.
La que imaginaba con los blancos cabellos del cigarrillo trepando entre sus dedos.

Quizá todo esto solo iba de besos
y me confundí con la almohada de Bécquer.

sábado, 25 de junio de 2011

Looking for dolar



Estaba todo bien de momento y podía respirar aire libre a mi alrededor, pero estaba tan cansada de despedirme... no podía pensar ni un momento más en Enrique. En su sonrisa.
Que dolor.
Y yo sola en la estación. Sin él. Todo lo que me dijo era verdad. Soy una estúpida cobarde que no afronta los problemas... quizás sí. O quizás lo que no se afrontar es el amor.

Mis lágrimas se mezclaban con la lluvia sobre mis mejillas. Tenía el pelo empapado y la maleta en la mano. Demasiado duro mirar hacia atrás, demasiado duro verme ahí abandonada, y también mirar al futuro.
Otra vez a empezar de cualquier manera para volver una noche más a irme a hurtadillas con los zapatos en la mano, el café hirviendo, la cuenta corriente y la maleta en la mano.

Y en ese momento una mano rozó mi hombro calado de desilusiones. Pensé que era Enrique, que volvía a por mí en su bólido rojo, que se había enterado pero que me perdonaba, que quería pasar el resto de sus días junto a esta farsante que ya no lo sería más.
Al girarme descubrí a un simpático pelirrojo con pecas salpicadas como golpecitos de sol sobre sus mofletes, con la sonrisa abierta para mí y un puente a una nueva aventura en sus ojitos de color verde dolar.
-Te vas a resfriar.
Le sonreí
-Déjame que te ayude con esa maleta.Tengo la calefacción encendida y dos tazas de café, ¿te apuntas?

De camino a su coche tiré la foto de Enrique que llevaba en el bolsillo en una papelera, junto a un papel de chicle y el billete de autobús.
Nunca he sido una buena chica, pero no podéis culparme, lo único que me enseñó mi padre fue a pisar el acelerador en el ibiza de un pelirrojo y a despedirme de él por el retrovisor.
Como siempre acababa sucediendo.

lunes, 28 de marzo de 2011

Y se sonrió a sí misma


Desesperación.

¿Qué hacer cuando nada ni nadie parece ser una buena opción? ¿cuando no hay ganas de llorar, no hay ganas de sonreír? ¿cuando ni siquiera elegir apetece? ¿cuando incluso, puede ser peligroso?



Bellanie estaba tumbada en la cama, con los ojos abiertos, mirando el techo. Se sentía vacía, se sentía rendida, pero ni siquiera aturdida. Era un estado en blanco. Quizás era el limbo de las emociones. Ella, sola, en su habitación, creando nuevos parámetros espirituales. Sola, como quizás se quedaría para siempre, como quizás fuera lo mejor para el resto de personas de este mundo.
Había hecho daño a otros y se había hecho daño a si misma. Era un desperdicio. Pero... ¿de qué servía auto lamentarse? Bah.. no había ganas ni de ponerse a pensar.

Churt había salido con las uñas clavadas en las palmas de las manos de tanta rabia contenida, ella tenía los ojos rojos del diluvio que había sido y los dientes marcados en los labios inferiores, y aquel camarero tan bien dotado, había sido despedido de la actuación dando un beso a Bella en la frente antes de salir por la puerta, con la camisa aún desabrochada y los zapatos en las manos.

Menudo desastre de tía... ¡pero quería ser feliz, joder! ¡de veras que sí! Quizá fuese el único deseo que albergaba, pero era increíblemente fuerte e increíblemente bello.
Sabía que con Churt jamás sería feliz, estaba comprobado, y con solo pensarlo ya estaba desperdiciando su tiempo. Tenía que volver a ver a aquel camarero... tenía que saber su nombre y besarle hasta que se le llenara el corazón de amor, tenía que ser feliz al fin.

Se puso el vestido de lunares marrones escotadísimo, se anudó el pelo en una larga trenza, se polvoreó las mejillas, se pintó los labios, se perfumó y sonrió, se sonrió a sí misma, y comenzó a respirar de nuevo...

domingo, 20 de marzo de 2011

We are a little enormity



Somos alas de purpurina que se baten sobre la ciudad.
Somos agua lamiendo el fuego.
Somos rubíes entre enrredaderas.
Somos vapor de carmín.
Somos susurros en medio del caos.


martes, 15 de marzo de 2011





Las oportunidades son soplos de aire que se inspiran con los ojos cerrados.

domingo, 6 de marzo de 2011

Caricia.



Tan delicada, que todo lo hace minúsculo y preciado.
Plumas de rosa y pétalos de pavo real.
Tu dedo en mi nuca,
hacerme desesperar.

Cuando todo pasa y sin embargo las agujas se detienen;
un aliento raspa las asperezas sobre el lóbulo de una oreja.
Una nariz se roza con otra.
Un dedo escribe versos impares sobre una cadera.
Una lengua se desliza sobre unos labios sedientos.


Que me acaricies, acariciarte.
Tanto, en tan poco.
Cada milímetro de tu piel junto a la mía se hace enorme.



Y en esa caricia, el tiempo se sublima.

martes, 22 de febrero de 2011

Tu flauta travesera




Llega de nuevo el sol, y otra vez vuelvo a ver el vuelo de tu falda junto al estanque, tu pelo abrazando al calor y, con tus ojos verdes menta cerraditos, inspiras para sonreír.

Me dijeron que no eras más que una simple niña que baila y sueña, que se porta mal y de vez en cuando habla suavemente, pero, ¿sabes? o me engañaron, o es que no tenían ni idea de quién estaban hablando pura demagogia.

Porque tu eres algo más; no eres una niña, ni eres una mujer. Ni lo quieres ser, ni nunca lo serás. Estás fuera de todo esto. Tú nunca entras dentro de ninguna regla socialmente establecida, ninguna etiqueta te queda bien, en ningún paquete te hemos de meter, pues eres algo fuera de serie.
La mayor parte del tiempo te lo pasas en silencio, sonriendo y comiendo caramelos de regaliz negro. Algunos dicen que no tienes voz ¿has oído que bobada? Tu voz es tu flauta travesera, y cuando hablas en clave de sol, consigues hacerme enmudecer a mí también.

Creo que algún día acabaré tan loco como dicen que lo estás tú; algún día callaré para comprender de verdad qué es el sonido, el sonido bello de la vida, y quizás consiga sonreír sin que nadie más entienda el por qué.

lunes, 7 de febrero de 2011

alone.




Te echo en falta, Querida:

En las noches de frío. Porque mi alma está empapada de ti. Ahora estoy vacía y sola. Con las sábanas enrolladas en los nudillos y los pies descalzos y congelados. El pelo despeinado las 24 horas, porque no quiero que nadie me vea bonita, le guste, e intente enamorarme. Mucho peor; que lo consiga. Pues quiero amarte, amor mío, aunque tú no me ames a mí. Lo que me quede de vida. Quiero amarte noche y día. Ahogarme en llanto, mas que sea llanto de ti. Ser de ti.
Y que algún día vuelvas a serlo tú de mí.


Fotografía:
Un trabajo para mi clase de fotografía sobre Chema Madoz.

martes, 25 de enero de 2011

Chica madura




-¿Alguna vez has sentido eso?
-¿El qué?
-El amor.
-Nunca.
-Ahora mismo estoy sintiendo un escalofrío. Quizás sea solo este poquito la realidad que envuelvo el tópico.
-No creo...
-¿Por qué?
-Supongo que creerás que él te ama, que jamás te dejará, que ese amor cada día es más grande y que eres especial... bah, ¡sosadas! Y una imbécil como tú que se las cree.
-Ah, bueno, chica madura, dime, ¿en qué sueñas tú cuando te vas a la cama? ¿acaso no ves unos ojos que desean amarte para el resto de los días, aunque solo sea un sueño, una ilusión, que queriéndolo mancha toda la noche de fantasías? ¡Dime! ¿qué haces tú?
-Jajajajaja
-Estoy segura de que lloras porque no tienes esos ojos, que lamentas no vivir, haber muerto en el amor.
-No, querida, yo me pinto las uñas y los labios de rojo, me enfundo la cajetilla en los vaqueros y, entonces, comienzo a vivir.