Y que tengas que venir tú, TÚ y tener que darte la razón. Porque siempre es lo mismo, siempre tienes un vocabulario tan adecuado y técnico que me desencajas las tuercas de mis deducciones y todo cae por su propio peso.
Y que te tenga que dar gracias, después de todo, y por todo. Por ser mi Pepito Grillo, por ser la brisa que conciencia y despeja los caminos. Porque eres la lógica que le falta a mi descordurado cerebro. Porque eres un amigo, que no te das cuenta que está hasta que caes y.. ¡ahí está el cojín!
Y sobretodo por tu practicidad, por ser tan activo, organizado y organizativo, trabajador y cercano, por hacer que saque lo mejor de mí, por darme positividad, copnfianza en mí misma y por supuesto crítica constructiva, que de eso sabes de sobra.
Por ayudarme a encontrar mi camino, y por seguir haciéndolo a pesar de todo.
Gracias por leer esto y verle belleza.
Te quiero corazón.
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¡Aleteame palabras de purpurina!