Memorizo los sueños, para que luego, cuando ocurran pueda decir que había algo dentro de ellos que me recuerde a lo que en realidad no fueron mis sueños, para poder decir que se cumplen como una idiota que en realidad cree en lo más increíble que existe.
¡Joder! me duele el alma de no poder poner un paso delante del anterior. Me pesa la suela más etérea que existe, me pesa como hormigón armado y hace que me salgan ampollas en el corazón.
¿Porqué no puedo seguir? Creo que me merezco un poco de facilidad a la hora de tener suerte, pero Él no lo cree y me tortura; me separa de mis sueños y luego al final, van y no ocurren.
Pero yo sigo creyendo que algún día lo harán.
Estoy en un barco de papel en medio de un mar y el barco de deshace y se vuelve masa de periódico vano. Estoy ahogada en lárgimas mezcladas con mar, marco incomparable para derrumbarse entre sal aguada.
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¡Aleteame palabras de purpurina!