Preadolescentes

La nueva moda es ahora llamar a las travesuras, mal comportamiento y mala educación. PREADOLESCENCIA.

¡Ya no nos quedaba otra!

Bien, la conclusión es que cuando un NIÑO de diez añitos chilla a su madre, la insulta y destroza todo lo que pilla a su paso, es que el pobrecito, es preadolescente y claro...

Me río yo en la cara de ese pobre desgraciado y su madre, que anda que no es gilipollas.

Yo fui niña y tuve mis berrinches, mis castigos en conclusión y mis besos antes de acostarme pasase lo que pasase durante la tarde, porque al fin y al cabo todo se soluciona y una madre es una madre, pero mi madre, a eso jamás le llamó preadolescencia. Luego toca la adolescencia y ahí si que se puede decir que tienen cierta "disculpa" pero jamás completa, ya que sus hormonas están revolucionadas y tienen ganas de joder. Tras esa loca e incontrolable época, se pasa a ser una persona ADULTA y consecuente con nuestros actos, aceptando cualquier impedimento que nos pueda entorpecer como una nueva meta a superar, siempre haciendo más grande nuestra autoestima y superación personal, pero con integridad y sin un mínimo ápice de hipocresía, a ser posible.

Cuando todos hemos tenido que superar todas estas etapas, nos llega la ancianidad, en la que sin duda, somos completos. Podremos seguir aprendiendo, pero podremos enseñar mucho más de lo que aprendamos, porque nos hemos ido construyendo como personas, y eso sí que no está en ningún libro, solo en nuestros recuerdos.

Ahora me pregunto yo, ¿En alguno de los pasos he incluido la preadolescencia?

No.

Porque no la hay. Es la nueva manera de excusar a nuestros hijos de las responsabilidades que van a tener que ir asumiendo durante el curso de sus vidas, y por lo tanto, de esta manera solo les estamos entorpeciendo.

La vida consta de obstáculos, de los cuales, muchos nos los imponemos nosotros mismos.

Un niño de 11 años no tiene hormonas revolucionadas, ni amago de ello por mucho que digan. Será un niño hasta que empiece a cambiar, a probar, a disfrutar y a buscar, hasta que encuentre su punto, su esencia, su integridad.

Yo no creo que un chavalín de esa edad pueda hacerse a la idea de lo que esta palabra puede llegar a abarcar.

Padres: no es preadolescencia, son ganas de llamar la atención.