Hoy estamos al lado de un granito de arroz, que es feo y repelente, maniático y meticuloso.
Mañana le dan la vuelta a la bolsa y nos encontramos junto a un granito de arroz silencioso, ausente y con ojos expectantes. Después de dos días en pulcro silencio, te encuentras con un grano de arroz gordo, pero con mucho sentido del humor, aunque bebedor y apestoso, este habla demasiado, pero algo es algo.
Y rano tras grano, vas conociéndote a ti mismo, consiguiendo vencer tus propias fobias y corregir tus errores.
Volando, de lugar en lugar, compartiendo y conociendo. Cruzándote por granos en la bolsa para llegar hasta lo más alto y dejarte caer desde el borde de plástico cual falda de mamá.
Cuanta más gente conozcas, mejor te conocerás a ti mismo.
Adrián gracias por haberte cruzado en mi vida. =)
Adoro a los granos de arroz, demasiado extrovertidos, como para estar callados; tambien adoro tu forma de expresarte, y cada vez mas y mas, me voy enganchando.
ResponderEliminara veces hay que seleccionar los granos. muchos están pochos.
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