Era algo obvio, menos para ella. La pobre Bellanie pensaba que era producto de la imaginación de quienes le rodeaban, o al menos eso decía en público, porque en sus largas noches, Belle, fantaseaba con el asqueroso, malvado y odioso Churt, soñaba con su lengua recorriendo cada extremidad que pudiese tener su cuello, con sus labios mordiéndole el lóbulo de la oreja, con sus pellizcos en el culo, con sus dedos... Y él, que no era tonto, sabía perféctamente que cuando le susurraba al oído, ella no se movía y sus palabras flotaban con el sabor a chocolate derretido entre los pechos de Belle, a fresas en la entrepierna y a leche caliente en los labios.
Al principio, el temor de Churt a enamorarse, hacía que alejase a Belle de su mente comprando a señoritas de compañía; sus preferidas eran las asiáticas, aunque siempre tuvo pendiente ese viaje a México.
Luego, tras haberla tenido -por cuestiones que el destino aún no ha revelado- entre sus brazos, hizo que Churt necesitase de esa saliva para vivir, incluso hizo cosas que su maldad no le hubiese permitido nunca, hasta que se dio cuenta de que ésta había desaparecido de su mirada, que el romanticismo y la ternura colmaban ya sus venas y que nunca viajaría a México.
Y a partir de entonces, quién necesitó a Churt fue ella, la pobre Bellanie.
cuantos recuerdos me dá esa canción!
ResponderEliminarcuanto tiempo sin oirla.
hemos sido bel, más de una vez, no? de repente vamos de duras, y cuando caen, caemos con toda la armadura..
AY... me ha encantado la canción, no la había escuchado nunca.
ResponderEliminarEl amor.. qué bonito es senitrlo y más si es correspondido... Un saludo! =)
Ostras, pues yo con alguien asqueroso no querría imaginarme nada de nada.
ResponderEliminar(un mimo
y un café)
En respuesta a tu comentario en mi blog (que no me deja pegarlo ¬¬):
ResponderEliminarEs que alguien que resultara asqueroso no podría provocarme eso. Ahí está la cosa, jeje.