Cuando te ponen una pastita en el platito del café, que como está tras la taza, ni siquiera la ves, pero al girar el platito ves la pastita diciéndote: ¡sepo a chocolaaaaaaaate!
Entonces pones la mano en posición pinza y… ¡Al ataque!
Coges la pastita con desmesurada pasión y la untas delicadamente, arrastrando a su paso la espumita de la superficie.
Al llevártela a la boca el placer es inmenso; el dulzor del chocolate y el calor del café, y con suerte de ser Café Mocca, más sabor a chocolate.
Hoy comienzo un cachito nuevo en mi blog.
Su etiqueta es: Granos de azucar, porque son pequeñas cositas del día a día, que nos endulzan la vida y nos sacan esa sonrisilla tonta.
También os dejo una canción que me recuerda a verano, y a mi querída amiga Romina, con la que comparto el blog de Palabras de Grisam (al que podeis acceder pinchando aquí), que tanto nos gusta :)
Espero que recordeis con este nuevo espacio momentos especiales e invisibles a la vez, y que sonriais conmigo.
(xx)
me encantan algunas pastitas.
ResponderEliminarpero solo algunas
:)
A mi me dan todas las mañanas con el café una galleta con trocitos de chocolate. En seguida noto el subidón de azúcar y empieza la mañana de nuevo:)
ResponderEliminar