Súbitos ataques de rabia impregnaban el cielo, poblaban la angustia de las torres y reinaban odiosos campos y tierra.
La presión que se respiraba en el ambiente subía por mi garganta hasta resguardarse bajo el umbral de mi paladar y arreciaba cada hueco de mi lengua con carcajadas de emoción.
El estruendo compuesto por la grotesca mezcla de los goterones y canalones contra las piedras del suelo, y los ondeantes truenos de lujuria que acunaban los llantos, me provocaba una fría y gorda llama transparente en mi interior que me llamaba a abrir la ventana y dejarme crecer con la malicia que brillaba a mi alrededor y que mi cordura intentaba mantener lejos de mi mente.
No podía resistirme, es más, intencionadamente y premeditadamente abrí la ventana con solo un suave movimiento de muñeca y el viento escupió el resto del trabajo; abrió la ventana con una burbuja de aire a presión que me lanzó dos pasos tras mi posición anterior y creo una sonora risa sacada de las peores películas de terror de mi interior; se lanzó al vacío con ganas y desparpajo sin preguntarse tan siquiera por las miradas atentas y sorprendidas de los obreros de enfrente, que me miraron con una cara completamente aterrorizada y precavida, pero sin apartar la mirada de mi inescrutable disfrute.
El brillo de las nubes volvió a aparecer sin importarle la tristeza que se acurrucaba bajo mi lengua, atenta a todo movimiento y preparada para reírse todavía un rato más de ser necesario.
La lluvia se convirtió en un suave y ligero susurro que se dejaba caer cual manta sobre mi espalda, falta de movimientos y se fue desvaneciendo en la sonrisa del amarillo que ya iluminaba la fachada y dejaba ver los restos de lloriqueo en las sucias ventanas de cristal.
hoy he tenido que ir al word a agrandar tu letra (creo que soy un poco mas miope que ayer), por cierto! me encanta leer el vozkahastaenlasbragas todos los días, me parece super genial el nombre, y qué mas decir?
ResponderEliminarque me encantarta leerte a tí, a ritmo de vivaldi
;)