Odio esos días en los que espero horas enteras sentada frente al espejo, con mi espalda rozando las sábanas que cuelgan de mi cama y el culo dormido contra el suelo. Me miro y sigo pensando que no soy suficiente para ti, que no te merezco y jamás lograré atrapar tu suavidad junto a mi piel.
Me levanto y me dicen lo hermosísima que soy, pero miro tu foto y me vuelvo insignificante. Desaparezco frente al espejo y dará igual lo muchísimo que me haya preparado solo para ti, porque no me veo, no existo, soy un manchón que se difumina con una mirada y la goma de tu belleza me borra de tu camino.
Y odio más aún estos días en los que me da igual si tu me verás o no, pero que yo no te voy a poder ver cruzar la calle, sonreirme y seguir tu camino, que me doy cuenta de que estás demasiado lejos como para darte cuenta de que falto yo a tu lado.
No te voy a ver en persona, no. Pero no dudes un instante en que las aletas de tu nariz y tus labios moviéndose exagerádamente los tengo frente a mí, quiera o no.
Porque necesito tener tu imagen lo más cercana que pueda para sentirme mejor, obviamente.
los pelos de punta...genial :)
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