Y que voy a hacer con tus besos una vez que pierda las manos de secarme lágrimas saladas, y no sepa con que sujetarlos, ya que mi mente prefiere olvidarte y mis brazos solo pueden con los abrazos?
Mis piernas tan solo los gemidos, porque mi garganta se quedó con el vino que bañaba tu sabor.
Mi lengua solo la saliva, que se apropió de la idea de no perderla.Mi pecho sustenta tus manos aferradas a él.
Mis pestañas están ahora mismo ocupadas, todavía, con chorreantes llamadas de adiós.
Espalda y pelvis se quedan con el roce de tus manos al escaparse cuando me dabas esos besos sin hogar.
Pelo y orejas eligen tus susurros que se pegan aún a mis cabellos y se bañan en mis lóbulos.
Mi cuello soporta el peso que cuelga de mi sufrimiento, el peso de tus miradas extravagantes llenas de sentido, tan llenas, que me costaba encontrarle uno preciso.
Creo que mi ombligo está ahora vacío, pero no tardaré en rellenarlo de cabalgatas de pasión y sábanas sudadas que se escapaban por el soplido de las ventanas abiertas, revoloteando como pájaros sin alas entre los relampagueos de sol que se filtraban por las rendijas de la persiana entreabierta.
Mas creo que quedará hueco para algún beso de verdadero cariño en la parte más escondida de las arrugas de mis labios.
De esos que no duelen tanto.
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